Inocencio Arias García, de 50 años y residente de Ermua (Bizkaia), sufrió un paro cardiaco la pasada noche en el enfrentamiento entre ultras del Spartak y del Athletic de Bilbao. Antes del partido entre los dos equipos, frente al estadio San Mames, estalló una batalla campal entre los ultras más peligrosos de Europa y los del Bilbao. Según fuentes oficiales, el agente falleció después de sufrir una parada cardiorrespiratoria y no a consecuencia de heridas sufridas durante los incidentes.
Antes de los altercados la alerta máxima estaba anteriormente activada por la presencia de más de cincuenta militares formados en la marina, violentos y sin pudor. Como ya anunciaban, la revuelta fue irremediable e imparable. Los hechos comenzaron con lanzamientos de bengalas, de piedras, de botellas o incluso de pelotas de golf en las inmediaciones del estadio. Según ha informado el Departamento vasco de seguridad, la Ertzaintza no tuvo más remedio que cargar contra los aficionados del Spartak, y ha terminado con cinco detenciones.
El dispositivo policial establecido para el partido incluía 500 ertzainas, 100 policías municipales y 200 agentes de seguridad privada contratados por el Athletic, pero algo falló y no fueron suficientes para parar el altercado que se saldó con más de 20 heridos.
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